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lunes, 28 de mayo de 2012

Como si nada hubiera pasado...

Foto: La Mañana de Córdoba.

Por: Rodrigo Paz.

   Pasado mañana es la cosa. Y todo lo que se jugó ayer se corre, se mueve hacia ese miércoles que también será de cenizas. Porque jugarán por eso que los hará seguir creyendo en algo. En el deseo de poder ser, de una buena vez.
   Pero antes que todo eso ayer hubo 90 minutos. Ambos saltaron a la cancha, al Kempes, que lució en tensa expectativa y que contagió esa incertidumbre para dentro de dos días. Porque las tribunas no se colmaron a sus anchas (aunque la popular Willington sí), el marco fue interesante (cerca de 20 mil hinchas) pero con la reserva del caso, como si muchos de esos habitantes de la euforia estuvieran en un estado de hibernación.  El juego de ida por los cuartos del Argentino A, camino a una instancia de promoción a la B Nacional, concluyó con dos posiciones muy elocuentes: Talleres, aferrado a su ventaja; Racing, a su ilusión desde el juego.
   El gesto de aprobación hay que ofrendárselo al equipo de Marcelo Bonetto. La Academia tiene una alforja de donde saca poderes extraños. Pablo Vilchez fue parte de ese talismán, un jugador que suma destellos con el fin de brillar. Y lo hace además en función de sus compañeros. Juega, hace correr la pelota, corona acciones con remates, buscando definir y sumando voluntad desde la gestación. El 10 de Racing partió el juego ayer y el 1 de la T objetó esa capacidad desplegada por el mejor del campo.
    La consistencia y la insistencia. Racing, el local, forjó su ambición desde la construcción. El DT refrendó a sus players tras eliminar a Unión de Mar del Plata y le dio buenos dividendos. Basó sus posibilidades en el triunfo en el medio. Con Rubén Molina como estandarte por la derecha.
   Con Carrasco peleando a mano con Gianunzio. Y tuvo en Becica a un obrero por la izquierda. Con Vilchez en estado de gracia, Luis Rivero fue el que metió los pies en el barro. El que aguantó, peleó, generó y cooperó con el brillo del 10.
   Vilchez es un jugador de etiqueta cuando se lo propone y fue el dueño del miedo albiazul. Sí, del miedo que aplacó su arquero.
   El gol le llegó a la T en el momento más propicio. Una buena descarga de Carabajal le permitió a Claudio Riaño cruzar el balón para el 1-0 a los 15. Pero el Matador no fue una furia. Si eso hubiera ocurrido, el miércoles estaría demás. Sí tuvo un momento de furia Nicolás Romat. En unos minutos perfectos pareció dominar la escuela brasileña del lateral clásico.
  Su fulguro fue eso, un rato. Por allí hubo posibilidades para ampliar. Riaño tuvo luego una idéntica. Racing sofocaba. Pasados los 25 a 30 minutos, fue equilibrando.
  Asumió que podía poner las cosas en su lugar. Consiguió con Rivero atar de piernas a los centrales albiazules. A los 44 desairó a Rezzónico, no dejó que Díaz llegara a cruzar y cedió a Rubén Molina para el 1-1. El 8 empujó al festejo.
  Y ambos dejaron una buena promesa para el complemento.
  La historia casi se repitió. Empezó bien Talleres y Racing fue ganando objetivos. Se acomodó en el fondo. Copó el medio. Consiguió el balón con esfuerzo. Y cuando lo tuvo para administrarlo fue simple. Dos ¡clanc! se escucharon en los palos. Un tiro libre de Vilchez despintó la base del poste derecho. Luego, en una escalada de ensueño, previa triangulación y el bien llamado “toqueteo” fue otra vez el 10 el que remató cruzado.
  El otro palo también fue benévolo con el 1 de la T que, por esfuerzo, ubicación y efectividad para tapar quizás no merecía otro gol. Racing fue más, por consistencia y por insistencia. Pero no abrumó a Talleres en un dominio total. Las contras de la T tuvieron un efecto de tensión. Sáez lo tuvo dos veces. Tras un remate bien esquinado el arquero Godoy le robó la probable hazaña.
  Y la sensación del final fue la elocuencia de la superioridad del local y el estado de alerta que le supo proponer la T.
  Quedó abierto todo, prolongando la espera por dos días más. El domingo de goma se estira hasta pasado mañana y después de ayer, cualquier cosa puede pasar.
Lo que tenés que saber para la definición
Revancha. Se juega el miércoles a las 21.30, también en el Kempes, pero será local la T.
Talleres. Avanzará a la siguiente instancia con empatar por cualquier resultado.
Racing. Seguirá en carrera por la Promo si le gana a Talleres, por cualquier marcador.
¿Penales? En ningún caso habrá esa definición en este duelo. La T tiene ventaja deportiva.

Formaciones:

Racing (1): Gerardo Godoy; Germán Noce, Hernán Fernández, Gastón Molina y Gabriel Cedrón; Rubén Molina, Lucas Oviedo, Marcos Carrasco y Albano Becica; Luis Rivero y Pablo Vilchez. DT: Marcelo Bonetto.

Talleres (1): Leandro Requena; Nicolás Romat, Juan Rezzónico (C), Luciano Precone y Walter Ledesma; Gabriel Carabajal, Emiliano Gianunzio, Agustín Díaz y Román Strada; Claudio Riaño y Sebastián Sáez. DT: Arnaldo Sialle.

Goles: PT, 14m Riaño (T) y 46m Rivero (R).

Cambios: ST, 17m Jonatan Bay x Cedrón (R), 23m Claudio Francés x Strada (T), 38m Ariel Mascambroni x Rubén Molina, 46m Favio Álvarez x Carabajal (T) y 47m Leandro Zárate x Rivero.

Amonestados: Cedrón, Noce y Bay (R); Strada, Romat, Rezzónico y Francés (T).

Árbitro: Carlos Boxler.

Cancha: Estadio Mario Kempes (local Racing).

Igual, ambos hicieron correr sus cartas, sus fichas y dieron un buen aperitivo antes de la batalla final.

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